REVISTA DOCTOR GONZO

viernes, 13 de agosto de 2010

En palabras del poeta Don Ricardo “ignorancia es la enfermedad que al mundo apesta”


La prensa diaria es el principio maligno del mundo moderno, y el tiempo no hará sino poner de manifiesto este hecho con una claridad progresiva. La capacidad de degeneración del periódico es de una sutileza ilimitada, puesto que siempre pueden hundirse más y más en su elección de lectores. Al final, inflamará a todas estas escorias de humanidad que ningún estado ni gobierno puede controlar.

-Sören Kierkeggard
Los últimos años:
Diarios, 1853-1855


Otra de las inagotables conclusiones del incipiente mundo moderno que viajan como botellas en el mar; otra pequeña construcción del pensamiento retratada en letras y las desventuras de un filósofo danés en el siglo XIX.
Al principio de su fértil carrera, Sören escribió bajo la firma de diferentes seudónimos, con los que presentaba sus puntos de vista mediante complejos diálogos para acostumbrar al lector a descubrir el significado de sus escritos. “La tarea debe hacerse difícil, pues sólo la dificultad inspira a los nobles de corazón”, era una de sus frases de cabecera.
Esta obra algo incoherente para la europea Dinamarca del 1800, hoy resulta intransigente a pesar de haber tomado forma y cobrado sentido académico. “La prensa diaria es el principio maligno del mundo moderno...”, semejante máxima, expresada hace más de 150 años, obsoleta frente al sistema de medios corporativos... simples y ordinarias palabras ordenadas para expresar una idea inmortalmente universal que trascienda lo límites idiomáticos... tinta sobre papel para pintar el retrato de un mundo futurista que nadie comprende cómo llegó...

Hace rato...

Todo un palo... en el orto...

Los vasallos del rey exigen furiosos en el nombre de los muertos que vendrán... de la falta de libertad de expresión amenazada que será defendida por grupos multimillonarios que romperán alcancías para conservar sus imperios... acciones sensatas de un mundo crónicamente enfermo...

Obedientes mercenarios escriben toneladas de basura para que viejos conocidos, con su necesidad compulsiva de extraviar todo rastro de calidad y prestigio en su trabajo, confundan a la opinión pública a favor de las empresas inanimadas...

“El gordo es el patrón. Y en este país apenas cualquier pobre tipo llega a ser patrón se convierte en traidor, en buchón, abomina de su clase, quiere trepar, ser un señor, dar lástima en los salones de las clases altas. Pero estar ahí.” José Pablo Feinmann – Timote (2009)

Alabados y multi premiados periodistas reclaman en el nombre de todos para salvarnos una vez más. Como aquel reportero que ostenta ser el mejor del año. Y que en la década del setenta cuando escribía en el diario La Gaceta de Tucumán realizó la cobertura periodística del Operativo Independencia para aniquilar al ERP y a los militantes Montoneros. Una actuación comandada por el entonces gobernador de la provincia Antonio Bussi, el mismo militar que fue condenado a prisión perpetua el 28 de agosto de 2008. Por suerte el periodismo independiente estuvo allí en ese momento para relatar con determinación todo lo que sucedía, para hablar de guerra sucia y de tortura, para revelar la ubicación de las fosas comunes donde estaban enterrados los desaparecidos, para denunciar con vehemencia el robo clandestino de bebés, para expresar más allá del límite las injusticias sociales y para salvar a esos colegas que nada tenían que ver con la guerrilla que tanto temían.

La Carta a las juntas militares anticipaba con escalofriante premoción el terror que nos rodeaba y fue motivo de risas en muchas redacciones. En aquellas donde los periodistas sabían y callaban, decían y no contaban, se preocupaban y no ayudaban, se indignaban pero no se jugaban...

Sarcasmo contra cinismo. Asquerosas depresiones... nauseas repulsivas, inmundas y mugrientas, desagradables hoyos repletos de repugnantes albedríos condenados a lamer sucias botas controladas por papelitos de colores...

Puros pensamientos contra sistemas que difunden contenidos por todas las vías de influencia posibles: peleas ficticias en televisión y pornografía de fantasía en el kiosco, debates condicionados por la verborragia ilimitada en pos del entretenimiento, una forma de represión que no depende del castigo con dolor... nadie pedirá disculpas, nadie confesará sus culpas... las cosas son como están escritas y nadie las corregirá...

Tiempos excitantes y llenos de energías corren por las venas de la historia. Capítulos reveladores de tramas complicadas revueltas en el barro de la batalla ególatra del interés. Excesivas riquezas desafían la balanza y descubren las caretas de la imagen pública para provocar el vómito masivo en un inodoro y cerrar la tapa.

Quizá Kierkeggard tenía razón, la dificultad inspira a los nobles de corazón y muchos sabrán entender la lógica de los vocablos sin rumbo ni dirección... pocos, en relación con aquellos que ni leerlas podrán...


¿Dr. Porcino?

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